¿Qué
es
una
Secta?
≡ Daniel Esteban Ferrero ≡
¿Qué es una religión?
Antes de hablar de Secta, tenemos que diferenciarla de lo que es una Religión.
Bueno, la respuesta que obtengamos dependerá básicamente de aquién le preguntemos.
Algunas personas consideran que la religión es rezar, practicar meditación, participar de alguna Iglesia o ir a Misa.
Para otros, la religión se identifica con la ética y las buenas costumbres. Es cumplir con una serie de normas, mandamientos y preceptos.
Por un lado, se considera que la fe es algo más bien intelectual: “creer en Dios y en sus enseñanzas”. Por el otro, hay quienes aseguran que tiene que ver con una actitud emocional, es algo “que se siente”.
Si buscamos en el diccionario veremos que se le define como el “conjunto de creencias o dogmas, normas éticas y morales de comportamiento social e individual, y prácticas rituales de oración o sacrificio que relacionan al hombre con la divinidad”.
Como vemos, la definición abarca un poco de todo lo dicho anteriormente: supone un conjunto de creencia, una serie de ritos para celebrar esa fe y un compromiso ético tanto personal como social.
¿Cuáles son las principales religiones?
Una clasificación exhaustiva es difícil de realizar, pero podemos resumir en un cuadro las religiones más importantes a nivel mundial.
Dentro del Cristianismo:
Católicos
Ortodoxos
Protestantes
El Islamismo
El Judaísmo
El Hinduísmo
El Budismo
El Confusianismo
El Chamanismo
El Taoísmo
El Zoroastrismo
“Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres.” Mahatma Gandhi.
¿Qué es una Secta?
Cuando escuchamos la palabra “Secta” lo primero que pensamos, es que se trata de un grupo de carácter religioso. Nuestro segundo pensamiento, seguramente será que se trata de algo malo, peligroso. En ambos casos, tendremos razón.
Seguramente por este motivo muchas de estas agrupaciones suele utilizar nombres alternativos como “Cultos”, o “Nuevos Movimientos Religiosos” o “Iglesias”.
“Secta” es una palabra difícil de definir. Hasta el momento no se encontró una definición que pueda abarcar a todos los grupos que van surgiendo día a día.
Algunos afirman que proviene del latín secare (cortar), lo que significaría un grupo que se ha separado de un cuerpo. En este caso, se referiría a una parte de algo que se ha separado o aislado de otra parte mayor. Así se entiende que se llamen sectas religiosas a los grupos que se desligaron de un grupo religioso más grande. Implica la idea de desacuerdo, cisma, división, oposición a la doctrina y a las estructuras de la Iglesia de la cual se separan.
Otros, dicen que viene de sequé (seguir), por lo que estaría definiendo a un grupo con características religiosas o filosóficas que se reúne en torno a las enseñanzas de un “maestro” o “iluminado”. Este líder puede ser o una persona con algún tipo de alteración psicológica, que afirma haber tenido una aparición, visión o mensaje, en la que se le apareció Jesucristo o Dios o un ángel... ¡Y hasta un OVNI! En esta aparición afirman haber recibido un mensaje que nunca había sido revelado con anterioridad y reciben la misión de comunicarlo a todos. El líder se conviernte en un Nuevo Mesías, y cae en una búsqueda totalmente descontrolada y patológica del poder.
También es posible que se trate de alguien que utiliza la secta como un instrumento para obtener gigantescos beneficios económicos.
El Primer Congreso Internacional sobre Sectas, realizado en Wisconsin, Estados Unidos, en 1985 aporta la siguiente definición:
“Es un movimiento totalitario que pretende presentar bajo las formas de entidad religiosa, asociación cultural, centro científico o grupo terapéutico; que utiliza las técnicas de control mental y de persuasión coercitiva para que todos los miembos pierdan su identidad y dependan del grupo, abandonando su entorno familiar y social.”
También, existe un número importante de estos grupos que utilizando diversos “disfraces”, se inscriben ocultando su carácter religioso. Aparecen así como “Asociaciones Civiles sin fines de lucro” o “Fundaciones”. También pueden aparecer como “Escuelas”, “Centros” o “Institutos educativos”.
Finalmente hay sectas que no se inscriben oficialmente en ningún organismo y funcionan, más o menos, clandestinamente.
¿Cuáles son las principales
características de las sectas?
Más allá de las definiciones, una manera rápida de reconocer una secta es analizando sus características tanto ideológicas como de comportamiento.
El líder o líderes se presentan como Dios mismo o el Principal enviado de Dios.
Por este motivo se exige humildad, sumisión incondicional y obediencia total. Los seguidores son sometidos a sus caprichos. Las desobediencias son castigadas duramente.
Rigidez en las creencias.
No es posible razonar o dialogar. Se anula el pensamiento crítico y la capacidad de discernimiento. Se debe creer sin cuestionamientos ni dudas. El miembro se convierte en un esclavo mental que debe aceptar incondicionalmente todo cuanto el grupo enseña.
No cooperación ni diálogo con otras Iglesias.
A las que ataca abiertamente, en especial a la Iglesia Católica. No hay diálogo institucional con otras creencias. La actitud sectaria “cierra las puertas” y evita el encuentro interreligioso. No hay diálogo sincero ni búsqueda abierta de la verdad. Solo interesa el diálogo cuando se busca captar a la persona para el grupo.
Fuera de “su” grupo no hay posibilidad de “salvación”.
Ellos son los únicos “santos”, los “elegidos”. Los únicos que se salvan, son los que pertenecen a la secta. Son “grupos cerrados”, esto no significa que se prohiba el ingreso a nuevos integrantes, sino que sólo pertenecerán a la secta un grupo de “elegidos” o “escogidos” por Dios para la salvación.
Aislamiento del grupo familiar y social.
El mundo, para las sectas, es esencialmente malo, el “reino de Satanás”, de la “muerte en vida”, etc. Suelen repetir el texto de Juan: “No amen las cosas de este mundo”. Para ellos Satanás puede estar obrando aún por medio de nuestros seres queridos más cercanos. La persona debe abandonar todo proyecto personal para unirse a la secta. Se debe cortar de plano todo vínculo con el exterior. Se prohibe a sus miembros mirar televisión, escuchar la radio, leer periódicos, etcétera.
Cambio de hábitos de vida.
Esto va desde prohibiciones inofensivas como la orden de no fumar, o tomar bebidas alcohólicas; hasta prácticas que pueden causar graves daños a la persona, como la prohibición de realizar transfusiones de sangre o de recurrir al médico. En muchas sectas se les cambia el nombre a los que ingresan para darles una nueva identidad, también se le otorga un “uniforme” religioso (túnica, etc.) y se imponen nuevos y exigentes horarios de vida y costumbres como bañarse con agua fría o dormir, aún en pleno invierno, con las ventanas abiertas.
Reduccionismo.
Tienen una forma simplista de interpretar la “Sagrada Escritura”, algunos grupos hacen una interpretación literal de las Sagradas Escrituras; otros tienen un “escrito sagrado paralelo” como el Principio Divino; el Libro del Mormón; la Carta de Mo, La Atalaya, etc., que tiene mayor importancia que la Biblia misma... En todos se manipula la Biblia para sus propios fines y según las propias ideas.
Son apocalípticos.
Esperan un inminente fin del mundo del que sólo se salvarán los elegidos.
Utilizan un lenguaje simple, emotivo y sentimental.
Buscan conmover emocionalmente más que hacernos razonar. Mucho canto, mucha música, mucho bairle, gritos, aplausos y varios elementos más, orientados a crear un clima de histeria colectiva. Se da más valor a la espontaneidad de las Asambleas que a los ritos litúrgicos.
Fanatismo.
Se dedican 24 horas al culto, siendo la misión central conseguir donativos y convertir nuevos adeptos. Se abandona todo proyecto de vida por la secta. Los miembros son utilizados para los fines de la secta.
Búsqueda de objetivos políticos y/ó económicos.
Si bien es innegable que varios grupos presentan claras relaciones con el poder político y el manejo de grandes capitales, debemos, de todas maneras, ser muy prudentes en este tema. Las sectas no pueden reducirse sólo a estas cuestiones, ya que no son los únicos factores para comprenderlos, ni los más importantes.
“Por razones prácticas, un culto o una secta se definen como algunos grupos religiosos con una concepción del mundo suya específica, derivadas de, pero no completamente de acuerdo, con las enseñanzas de las grandes religiones mundiales.
Aunque nos referimos aquí a determinados grupos que normalmente insisten en la libertad del hombre y de la sociedad en general, los cultos y sectas también están caracterizados por un determinado número de cualidades específicas, que generalmente consisten en que ellos son autoritarios, estructuralmente, que se sirven de formas de lavado de cerebro y de control mental, que forman grupos que fomentan y alimentan un sentimiento de culpa o de miedo.”
“Sectas o Nuevos Movimientos Religiosos”
Secretariado para la unidad de los cristianos (1985)
¿Se puede clasificar a estos grupos?
Sí, aunque no todos los investigadores están de acuerdo en qué criterio utilizar para agrupar a las sectas. También existen diferencias sobre qué grupos colocar en cada categoría.
Los dos criterios más utilizados de clasificación son:
Según su origen y contenido valioso:
De origen o contenido Católico.
De origen o contenido Cristiano.
De origen o contenido Oriental.
Sincréticas (mezclan elementos de diferentes religiones sin ningún principio unificador).
New age: propiamente no son una secta, sino varios movimientos ideológicos disfrazados de cursos de bioenergía, autoayuda, control mental, parapsicología, ciencias ocultas, etcétera.
Según su modo de operar y captar a sus miembros:
Grupos destructivos: utilizan técnicas de reforma del pensamiento, vulgarmente conocido como “lavado de cerebro” produciendo un cambio total en la personal. Aíslan a sus miembros de su familia y medio social. Viven aislados en comunidades cerradas. Tienen un régimen de vida sumamente estricto. Utilizan métodos especiales y agresivos de captación. Trabajan, en general, con adolescentes.
Grupos peligrosos: no son tan peligrosos como los grupos destructivos porque las personas siguen más vinculadas a la sociedad o a su familia, pero contienen elementos en sus prácticas o doctrinas que pueden resultar peligrosos para la persona por ejemplo, no permitir que se realicen transfusiones sanguíneas o recurrir al poder de Dios que “sana y obra milagros” en lugar de ir al médico. Se caracterizan por la rigidez de su credo, no cooperación con otras iglesias y autoconvencimiento de que fuera de su credo no hay posibilidades salvación.
Grupos de riesgo: aparentemente son “inofensivos”. Muchos de ellos no son sectas, pero contienen elementos que bordean lo sectario. Aparecen en ellos características que hacen que en cualquier momento puedan convertirse en grupos nocivos. Por ejemplo, Jim Jones que con la promesa del nuevo nacimiento provocó el suicidio en masa de más de 2000 personas en Guyana o la Secta de las Ocho Reinas fundadda por Unger, un plomero que comenzó como un grupo de bioenergía y culminó violando y castigando físicamente a niños y mujeres.
¿Cómo captan las sectas a sus miembros?
Los métodos de captación varían según los grupos. A pesar de ellos podemos citar algunas estrategias comunes.
Cualquiera sea el método utilizado, en un principio comenzará con un diálogo positivo, y concluirá con una invitación a participar de unas charlas o reuniones, en una casa particular o departamento que sirve cómo centro de reunión. Una vez allí aplicarán técnicas de reforma del pensamiento y de control mental.
Las sectas suelen buscar, para la captación, lo que los sociólogos llaman los “centros de dolor”: barrios marginales, cárceles u hospitales, es decir, personas que están atravesando por una situación límite. Cuando una persona se encuentra en esta situación, se halla desorientada, sin capacidad de razonamiento ni de análisis crítico. En ese momento de angustia, desesperación o soledad la persona es mucho más vulnerable. Ese es el “momento oportuno” que las sectas están esperando: alguien se acercará a esa persona para ofrecerle una hojita con una reflexión, un cassette, un poster, un libro. Le hablarán de amistad, de “buena onda”, lo escucharán, le ofrecerán compañía y ayuda de todo tipo, pero, lo más importante, es que le prometera´n que con sólo aceptar a Jesús conseguirán progreso en lo material, felicidad, pareja, milagros de sanación, etcétera.
En algunos grupos, como los Niños de Dios, se utiliza la seducción como método de captación. Alguien del sexo opuesto, por lo general atractivo, se acercará a la persona que está angustiada y lo seducirá.
Otra técnica, es invitar a un “Festival” con música oriental, danzas, filosofía y un lunch vegetariano. Pero, detrás de esa invitación se esconde un culto religioso de los Hare Krishna.
Otros movimientos ofrecen test de personalidad gratuitos, cursos de yoga, bioenergía, control mental, detrás de los cuáles, hay una secta tratando de captar nuevos adeptos.
Vale aclarar que estas personas jamás se presentan como lo que verdaderamente son: miembros de la secta tal o cual. Nos dirán que son “de la Iglesia”, dejándonos creer que pertenecen a la parroquia de nuestro barrio. Afirmarán ser “estudiosos de la Biblia” o miembros de un grupo que “la Iglesia Católica todavía no los ha aprobado por demoras burocráticas, pero que cuenta con la autorización del Papa, etcétera.”
Tampoco nos revelarán sus verdaderos fines. Estos serán develados paulatinamente, a medida que el sujeto fortalezca los vínculos con la secta, y en contrapartida los vaya debilitando con su familia o entorno social.
Por eso, se dice que practican un “proselitismo engañoso”. Quienes son atraídos por estos métodos, desconocen que este acercamiento ha sido preparado con antelación e ignoran la manipulación social y psicológica a la que están siendo sometidos.
Si bien cualquier persona, puede caer en las garras de una secta, existen algunas condiciones que facilitan o ayudan a la captación:
Idealismo: se ve que en el mundo hay muchas cosas malas. Se las quiere cambiar pero no se sabe cómo. Se sueña con un mundo mejor. También la falta de respuestas a preguntas sobre la vida y lo que viene después, o sobre el problema del mal.
Ignorancia: no se sabe nada sobre estos grupos y su forma de actuar. “¿Qué me puede pasar si voy?”, “Un poco de religión nunca le hizo mal a nadie...”
Curiosidad: Deseos de saber e investigar. Ganas de espiar para ver cómo son las cosas “del otro lado”. Deseo de vivir nuevas experiencias y sensaciones.
Problemas personales: discusiones, crisis, insatisfacción con la propia vida y lo que se hace. Sensación de “nada”. Soledad afectiva. Falta de un proyecto de vida. Deseo de un grupo de pertenencia que me contenga. Temor frente a la vida y la propia independencia.
Las sectas se mueven en todos los niveles sociales para captar a sus miembros. Los sectores de clase alta les interesan porque cuando captan a un nuevo adepto le exigen que entregue todos sus bienes al grupo. Pero no van a desdeñar la captación en sectores de clase baja ya que este nuevo recluta será utilizado como mano de obra gratuita para sus empresas.
Esta manera de captar nuevos miembros tiene un espíritu totalmente contrario al Evangelio, porque utiliza medios claramente deshonestos. Es así como vemos que se aprovechan de los estados de miseria de la gente, ofreciendo atractivos “señuelos” (como serían las supuestas curaciones milagrosas); de las personas ignorantes, a las que se les engaña fácilmente con verdades a medias; de cierto tipo de presiones psicológicas (como sería la insistencia en las visitas domiciliarias, que parece que pretenden convencernos por cansancio), y el uso masivo y manipulador de los medios de comunicación social.
Si leemos con detenimiento las enseñanzas de Jesús, veremos que todas esas prácticas tiene muy poco que ver con el Evangelio.
“Algunos reclutamientos, técnicas de formación y procedimientos de instrucción practicados por un número de sectas y cultos, que generalmente son muy sofisticados, forman parte de los éxitos positivos. Quienes son generalmente atraídos por tales medidas, desconocen, en primer lugar, que este acercamiento ha sido preparado generalmente con antelación y, en segundo lugar, ignoran la naturaleza de esta conversión manipulada y de estos métodos de formación (manipulación social y psicológica) a los que ellos están sometidos. Las sectas imponen con frecuencia sus propias normas de pensar, de sentir y de creer. Esto está en neto contrastre con el método de la Iglesia, que requiere pleno conocimiento y capacidad.
Tanto jóvenes como adultos, que no tienen bases sólidas, son víctimas fáciles de estas técnicas y métodos, que frecuentemente son una combinación y mezcla de afección y decepción (por ejemplo el “bombardeo de amor”, el “test de la personalidad” o el “abandono”). Estas técnicas comienzan con un diálogo positivo, pero gradualmente van adquiriendo un determinado tipo de control mental con el uso de técnicas de cambio abusivo de conducta.”
“Sectas o Nuevos Movimientos Religiosos”
Secretariado para la Unidad de los Cristianos (1985)
¿Cómo se realiza
un “lavado de cerebro”?
Luego de que la persona concurra a varias charlas o reuniones, se la invitará a pasar un fin de semana a una casa quinta o campo. Allí dispondrán de todos los medios y todo el tiempo para manipular a la persona a gusto.
El mal llamado “lavado de cerebro” consiste, en realidad, en una serie de técnicas psicológicas de reforma o modificación del pensamiento y el condicionamiento de la conducta. Se busca, de esta manera, debilitar la capacidad de pensamiento lógico, de análisis crítico para crear en la persona un estado de confusión. A partir de ahí se produce la reforma radical del pensamiento para que el sujeto abandone su entorno social, sus antiguas normas de vida y pase a vivir exclusivamente para el grupo.
Estas técnicas giran en torno a tres ejes:
Debilitamiento de la capacidad para razonar y del juicio crítico.
Se buscará cansar al sujeto físicamente por medio de largas y agotadoras sesiones de gimnasia, ejercicios o actividades deportivas.
La comida será poco nutritiva, baja en proteínas y otros nutrientes esenciales.
También le cortarán el sueño, haciéndolo acostar muy tarde y levantándolo muy temprano.
La persona será recibida por toda la comunidad de una manera muy afectuosa, muy cariñosa. Recibirá un verdadero “bombardeo de amor”: lo abrazarán continuamente, sostendrán sus manos entre las suyas, y lo harán sentir como si fuera la persona más importante del mundo. Al sentirse querido y contenido afectivamente, el sujeto bajará las defensas que todos naturalmente levantamos ante situaciones desconocidas.
Penetración del mensaje
Se le inculcarán las ideas del grupo valiéndose de diversos medios: cantos, charlas o conferencias, a través del compartir durante las comidas. La persona no tendrá lugar para cuestionar o criticar la información que recibe. “En la próxima conferencia veremos lo que tú planteas”, o “No seas tan negativo, debes darte la oportunidad de vivir una vida mejor”.
No se lo dejará nunca solo en ningún momento. Cada nuevo recluta atraerá a su lado, como una sombra, a un miembro de la secta del sexo opuesto que lo acompañará a todas partes, incluso hasta el baño. De esta manera, se asegurará que no pueda pensar con claridad o reflexionar, y lo alentará a participar en las actividades.
Compartir personal. Al principio se comienza de forma bastante inofensiva con breves resúmenes personales. Pero a medida que vaya avanzando la jornada, estos testimonios se harán cada vez más íntimos y profundos. De esta manera, se busca obtener información sobre la persona para descubrir sus “puntos débiles”. Estos serán los que utilizarán para provocarle una ruptura emocional”.
Reforma de la conducta, del pensamiento y nueva identidad.
Cuando la persona se quiebre emocionalmente se lo invitará a ser parte activa de la secta, a vivir una “gloriosa aventura”. Con la resistencia psicológica vencida, aleccionarán a la persona en una serie de principios que profundizarán la reforma de pensamiento comenzada en ese fin de semana.
“Todo lo que está dentro del grupo es bueno, todo lo que esta fuera del grupo es malo.”
Por eso, gradualmente lo llevarán a una ruptura con su familia, sus amigos, pareja y sus estudios o trabajo.
Le cambiarán el lenguaje y la vestimenta.
Esto acentuará la sensación de “no ser comprendido”, ya que el resto de su antiguo entorno manejará otros códigos, otras costumbres. “No podía volver con mi familia -afirmaba una adolescente que se unió a la secta Moon- porque no me gustan las comidas que comen, ni la televisión, ni la radio, ni las cosas de las que hablan”.
Se buscará “quebrar” la personalidad.
Provocar una ruptura emocional del nuevo miembro con técnicas como las de Pavlov de recompensas y castigos aleatorias, sin motivación alguna. Por ejemplo, el líder lo abrazará diciendo cuánto lo ama y lo importante que es, y a los pocos minutos será castigado violentamente. De esta manera, la persona será quebrada emocionalmente ya que será incapaz de distinguir qué está bien y qué está mal.
Manipulación de la sexualidad.
En algunos grupos será prohibida totalmente como Hare Krishna o Secta Moon y en otros está incentivado más allá de todo límite como sucede con los “Niños de Dios”.
Luego de dos o tres meses viviendo en estas condiciones, la persona aceptará incondicionalmente y sin cuestionamientos lo que pida el líder, desde el suicidio hasta la prostitución, pasando por largos ayunos o violentos castigos corporales.
¿Por qué las sectas
han crecido tanto?
“La gente entra en las sectas no por sentirse atraídos por sus ideas o creencias, sino porque en ellas se siente atendida y comprendida afectivamente...”
Como toda realidad compleja, los motivos de su rápida expansión no obedecen a una sola causa. Las sectas no son patrimonio exclusivo de un país o continente. En la actualidad puede hablarse de una mundialización de las sectas. Se mueven de un continente a otro, de una cultura a otra, produciendo una mezcla de los elementos más variados.
Necesidad de participación social.
Años atrás se creía en los partidos políticos populares como un medio para cambiar la situación social y económica. Hoy se descree de los políticos y prácticamente no se milita. La gente desconfía de la clase dirigente política y no tiene esperanzas en un proyecto político que le permita mejorar. Las sectas parecen ofrecer una buena alternativa para cambiar la sociedad y construir un mundo mejor. Le dan a la persona una misión concreta, un llamado a una dedicación total, a una participación a los más altos niveles.
Búsqueda de trascendencia.
Vivimos en una sociedad materialista que ha crecido creyendo en el lema “con dinero todo se puede comprar”. Pero, la realidad es que la gente tiene una profunda necesidad espiritual. Busca una respuesta trascendente a problemas fundamentales como: ¿para qué vivo? ¿Qué sentido tiene lo que hago? ¿Qué me espera más allá de la muerte? El hombre actual necesita “algo” en qué creer. Frente a esta realidad, las sectas parecen ofrecer la salvación al alcance de la mano; se ofrece una “visión nueva”, sobrenatural de uno mismo, de la humanidad, de la historia y del cosmos; guía y orientación espiritual a través de un líder carismático.
Los espacios vacías que deja la iglesia católica.
La Iglesia Católica ha reconocido que las sectas han crecido, en gran medida, debido a los espacios vacíos que ha dejado en su acción evangelizadora y misionera. Muchos católicos se desalientan ante el (a veces enorme) retraso de los cambios que se consideran imprescindibles que implemente la Iglesia, pero que no llegan. Miemtras los cristianos nos quedamos tranquilos en nuestras Parroquias, las sectas van a los hospitales a visitar enfermos, a los velatorios, a las plazas, las estaciones de trenes y hasta casa por casa. Se valen de todos los medios disponibles para predicar su mensaje: radio, televisión, revistas, libros e internet. Cuando alguien esté solo, se sienta deprimido o necesite ayuda, ellos estarán ahí.
Búsqueda de respuestas mágicas.
Vivimos en un mundo cruel, donde las personas suelen ser atropelladas en su dignidad. Muchas personas buscan una “solución mágica”, instantánea a sus problemas. Por eso, las sectas suelen tener éxito, ya que se presentan como las “salvadoras” frente a un mundo “patas para arriba”. Las sectas prometen eso: “sanación y milagros”, pareja, trabajo. Todo lo que uno necesita, al alcance de la mano.
Búsqueda de pertenencia.
La situación social del hombre de hoy ha cambiado mucho: la familia tradicional está en crisis, el estilo de vida agitado y lleno de ocupaciones deja poco tiempo para juntarse con amigos y parientes, crece el individualismo y el egoísmo. Frente a esta realidad, las sectas parecen ofrecer una comunidad a la cual pertenecer, que brinda compañerismo, contención afectiva, atención por el individuo, tiempo para escucharme, protección y seguridad en especial en tiempos de crisis... El problema es que una vez que entramos, se puede hacer difícil encontrar la salida. Además, los límites entre el individuo y el grupo no siempre están claros y uno corre el riesgo de ser absorbido por una colectividad anónima.
Celebraciones libres y emotivas.
Las celebraciones son activas y llenas de música, gritos, bailes. Es un show muy bien armado: luces, escenografía, efectos de sonido. Se busca manipular los sentimientos de la gente. Estas representaciones son como el vino o la droga: nos permiten escaparnos de la realidad, por un momento, hacia el olvido. Las sectas ofrecen una borrachera de entusiasmo que ayuda a borrar las penas. Un “show de Dios” que todo lo va a arreglar de arriba. Lo malo es despertar de nuevo.
Aparentemente tienen explicaciones para todos los misterios.
No hay nada misterioso. Tienen confeccionadas respuestas simples para problemas y situaciones complicadas: ¿Me quedé sin trabajo? La envidia de mis compañeros me cargó de energía negativa. ¿Estoy enfermo? Tengo el diablo en mi interior y necesito exorcizarme. ¿No consigo pareja? Alguien me “cerró los caminos” y hay que volver a abrirlos. Obviamente todos estos “trabajitos espirituales” se cobran bastante.
Para realizar un “lavado de cerebro” basta tener a una persona en aislamiento y adoctrinarla adecuadamente, y va a llegar un momento en que esa persona ya no va a tener ninguna posibilidad de reaccionar o defenderse. Porque ocurre que hay un límite para la actividad nerviosa superior. Es lo que nos pasa cuando estamos trabajando: llegado un cierto momento nos sentimos fatigados, paramos y seguimos al día siguiente. Cuando la actividad nerviosa superior alcanza ese límite, se pierde poco a poco la posibilidad crítica. Por eso, no hace falta en absoluto apelar al castigo; basta con trabajar sobre ese límite utilizando una presión suficientemente grande y que cuatro veces por día vengan a hablar con el sujeto hasta llegar al límite de la actividad nerviosa superior, cuando el sujeto ya no tiene defensa crítica. Y si se pudiera ver la circulación de la información, en el cerebro, se notaría que esta circulación es diferente a la que tenía antes, y que guarda semejanzas con los estados hipnoides.”
Leonardo Moledo en el Diario Clarín
(Argentina) 19 de septiembre de 1993
Breve descripción
de algunos grupos sectarios
Obviamente no son todas las que están, ni están todas las que son. Daremos sólo una pequeña lista de los grupos que por su religiosidad o actividad proselitista han cobrado mayor notoriedad.
“Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial” o si lo prefieren, la secta Moon.
Fue fundada por Sung Myung Moon nacido en Corea del Norte en 1920. En la fiesta de Pascua de 1936 tuvo la impresión de haber tenido una visión en la que el mismo Jesús se le presentó y le dijo que no era Dios, y que Dios le había enviado para ser el Mesías y el Rey de Israel, para unificar a la humanidad política y religiosamente, a fin de establecer el Reino de Dios sobre la Tierra. Jesús dijo también que había fracasado en su misión pues el pueblo de Israel no le reconoció como su Salvador. Además, no había podido casarse ni tener hijos libres del pecado original como era el plan de Dios. Por otra parte Jesús cometió el “error” de juntarse con gente equivocada, como pobres, enfermos y prostitutas, en lugar de hacerlo con gente rica y poderosa que era la que realmente le hubiera podido facilitar ser el Rey de Israel. Por eso, según Moon, Jesús le dijo que Dios lo había elegido a él, para que fuera el nuevo Mesías y Salvador de la Humanidad, para terminar su obra que había quedado incompleta. Moon afirma que según el plan de Dios, Adán y Eva debían tener hijos perfectos. Pero Eva engañó a Adán con el demonio, lo hizo pecar, y transmitió a sus hijos el pecado. El segundo intento de Dios para salvar a los hombres fue Jesús, pero también fracasó, porque Jesús tuvo que ser crucificado para al menos salvar espiritualmente a la humanidad. Moon es el tercer intento de Dios. Él dominará al mundo, política, económica y religiosamente como tendría que haber hecho Jesús. El país elegido no es ya Israel sino Estados Unidos que será la fuerza militar usada por Dios en la tercera Guerra Mundial.
La secta realiza su actividad proselitista principalmente entre los jóvenes. Luego de un hábil proceso, el nuevo recluta sufre el “lavado de cerebro”, corta todos los lazos con amigos y familia, y abandona estudio y trabajo y se integra al grupo al cual dedica toda su vida.
Los Niños de Dios
Este grupo fue fundado por el evangelista David Brandt Berg. Hijo de padres evangelistas de la Alianza Cristiana y Misionera. Pero, en desacuerdo con los jefes de su Iglesia, la abandonó. Desde entonces desprecia toda religión institucionalizada. En el año 1968, en Huntington Beach, California, comenzó a predicar entre hippies y adictos a las drogas. Su mensaje apocalíptico, estaba teñido de una fuerte oposición a la sociedad consumista e individualista y las religiones tradicionales. El movimiento comenzó a crecer rápidamente especialmente entre los jóvenes, que comenzaron a llamarse “Niños de Dios”. David Berg cambió su nombre por el de Moisés Berg o, simplemente, “Mo”. Desde entonces asumió el papel de profeta del grupo. Su palabra es ley; y sus enseñanzas deben ser aceptadas ciegamente. Frente a las religiones tradicionales a las que tilda de frías y convencionales predica una “religión revolucionaria” de absoluta libertad.
“Mo” dirige el movimiento por medio de Cartas que los miembros del grupo deben aprender de memoria como lección. Escribe también folletos, pero “solo para iniciados”, como: “Mujeres enamoradas”, “Haciendo el amor al estilo revolucionario, salvajemente ilustrado”, “La pecesita coqueta”, “¡Hey, Ma! ¡Ven! ¡Quema tu sostén!” El tema central de su mensaje es el “Amor”. Pero con explicaciones y aplicaciones como éstas: hay que amar a Dios entregándole todos los bienes (y de ellos se apoderan los dirigentes); hay que amar a Dios dándole lo más precioso del propio ser (por eso se convence a las jóvenes que entreguen su cuerpo para ser “carnada de Dios” y “enganchadoras por Jesús”); hay que amar a Dios sobre todas las cosas y dejarlo todo por Jesús (de ahí que el esposo debe renunciar también a su esposa y viceversa, si esto es bueno para la “Familia de Dios”); hay que amar al prójimo como a sí mismo (por eso se debe estar en disponibilidad para solucionarles todos sus problemas, de cualquier índole, y aunque sean contrarios a la moral cristiana).
La captación de nuevos miembros se realiza por medio de grupos musicales dando recitales al aire libre o vendiendo cassettes y videos con sus canciones. Practican la “Pesca amorosa”, una especie de prostitución sagrada que utilizan para entrar en contacto con los sectores de poder de los países donde operan. Sus prácticas sexuales, incluso en menores de edad, han causado que estén prohibidos en casi todos los países. Siguen operando desde la clandestinidad, cambiando frecuentemente de nombre para no ser descubiertos.
Los Testigos de Jehová
Fue fundada por Carlos Taze Russell en Pennsylvania (E.U.A.) en el año 1872, a partir de un grupo de estudio de la Biblia. Con el paso de los años aumentaron los grupos de “estudiosos de la Biblia” hasta que en el año 1931 se agruparon tomando el nombre de Testigos de Jehová. Niegan que Cristo sea Dios y que haya fundado la Iglesia. Afirman que el alma humana es mortal y por lo tanto, en el juicio final, todos los hombres serán aniquilados “a excepción de ellos”. La única verdadera religión es la de ellos. Todas las demás religiones reciben sus enseñanzas de Satanás. No tienen sacerdotes, ni sacramentos, ni ritos, ni ningún otro signo visible. Niegan también la virginidad de María. Se niegan a recibir transfusiones de sangre, ya que afirman que en ella reside el alma del hombre. Practican un proselitismo engañoso y molesto, principalmente de puerta en puerta ofreciendo sus libros o revistas. Los jehovistas están convencidos de que la insistencia produce frutos, por lo que, si uno les presta un poco de atención, no tardarán en volver. Se espera que dediquen al menos cien horas mensuales a la “Sociedad Watchtower” (dirigentes en los EE.UU.), aunque muchos testigos dedican a ella casi todo su tiempo.
Los Mormones
Esta secta llamada “Iglesia de los santos de los últimos días” fue fundada en Nueva York por Joseph Smith en 1830. Criado en medio de exaltación religiosa y ante una serie de despertares religiosos de la época, empieza a decir ser receptor de visiones. En el año 1823 se le habría aparecido el ángel Moroni, quien le revela la existencia de unas tablas escondidas que contendrían la plenitud del Evangelio. Smith, supuestamente desentierra unas tablas de oro escritas en “egipcio reformado” (idioma inexistente), que traduce al inglés y publica con el nombre de Libro Mormón donde se encuentran contenidas sus creencias. El ángel “Moroni” se habría llevado las planchas de oro al cielo una vez “traducidas”. El Libro del Mormón sostiene que las tribus perdidas de Israel llegaron a América. Afirman que hay una multiplicidad de dioses con una esfera de poder asignada a cada uno. El Padre de Jesús no es espiritual y que Dios es el padre carnal de Jesús. Los mormones han sido polígamos, práctica a la que veían como el medio para alcanzar la divinidad. Para los mormones la única verdad es la suya, restaurada por Smith y heredera de la que Jesucristo fundó en América y para la que el profeta Mormón y el ángel Moroni guardaron los preciosos anales de las planchas de oro. Afirman que todos los hombres serán salvados, aún después de esta vida, por lo que practican el bautismo a los muertos. En el cielo habrá goces terrenos, matrimonio plural y procreación. Ordinariamente corteses y finos, impecablemente presentados en su aspecto exterior, procuran no despertar sospechas ni sobresaltos escondiendo hábilmente las doctrinas más aberrantes o alejadas del cristianismo.
New Age o Nueva Era
A este grupo se lo ha denominado “la secta de los miles de nombres”, y esta denominación parece hacer patente la dificultad que hallamos para detectar y precisar sus alcances. El movimiento New Age, Nueva Era o Era de Acuario, es un movimiento sociocultural muy amplio y difuso. Afirman que a partir de la era de Acuario, se ha dado “un despertar a una nueva conciencia planetaria”, por lo cual, ya no es posible establecer divisiones entre los hombres sino que se busca la armonización de las diferencias. Poco importa lo que una persona crea mientras sea para su bien, todo es admitido; las más recientes teorías de la ciencia conviven con el chamanismo, el hinduísmo, el budismo, lo musulmán, etc. Se propone como una “súper-religión”, síntesis de todas las religiones y se rechaza que sólo una pueda ser la verdadera. Dios no es un Ser Personal, sino de una fuerza difusa, que se extiende y se hace presente en todas las cosas. Jesucristo no es Dios sino un maestro espiritual, quizás de origen extraterrestre, que no vino a salvar a la humanidad, sino a enseñarle nociones genéricas de moralidad. El hombre puede salvarse a sí mismo por sus propios medios através de la práctica de diversas técnicas y de la reencarnación de su alma después de la muerte. No existe el pecado. La oración es reemplazada por técnicas de control mental, concentración yoga o meditación entendidas como técnicas para hallarse a uno mismo.
La caridad
ante todo
Lo primero que debemos aclarar, aunque resulte obvio, es que la Iglesia Católica persigue fines distintos a los de las sectas. Por eso, no debemos dejarnos deslumbrar por sus aparentes éxitos, ni tratar de imitar su metodología o accionar.
Pero, lo que sí es verdad es que estos movimientos plantean al catolicismo un desafío. El fenómeno de las sectas nos cuestiona a nosotros, los católicos, en nuestras actitudes y en nuestro compromiso apostólico: ¿no será que nuestras comunidades son frías y cerrradas? ¿No estará Dios, através de este fenómeno, “tirándonos las orejas” y llamándonos a ser una Iglesia más evangélica y más atenta a las necesidades de la gente? ¿Qué clase de testimonio damos a nuestra fe antes la sociedad?
Muchos católicos bien intencionados dicen: “Vamos a entablar un diálogo ecuménico”, pero esto no es posible ya que estos grupos en general no están abiertos a la discusión religiosa seria y profunda. Además, no es conveniente dialogar con ellos sin contar con una buena preparación, ya que los encargados de realizar las captaciones son personas entrenadas en técnicas de discusión y pueden confundirnos.
Esto no implica que haya que tratarlos mal sino, por el contrario, hay que decirles con mucha claridad que uno pertenece a otra religión. Que respeta sus ideas y creencias y, por lo mismo, le pide que respete las suyas. Nuestra actitud para con ellas debe ser motivada por la caridad. No olvidemos que estas personas que golpean nuestra puerta, a su vez han sido víctimas de técnicas de manipulación que los han transformado en lo que son. Por eso, caridad y respeto sí, pero, de ninguna manera debemos ser ingenuos e ignorar los daños terribles que las sectas pueden provocar en aquellos que son captados por ellas.
El Vaticano ha publicado un informe sobre las sectas que contiene los resultados de las observaciones realizadas por los obispos de todo el mundo durante tres años. Algunos de sus puntos salientes serían:
Vivimos en un mundo cruel, donde las personas suelen ser atropelladas en su dignidad. Por eso, las sectas suelen tener éxito, ya que se presentan como las “salvadoras” frente a un mundo “patas para arriba”.
“Las actitudes y los métodos de algunas sectas pueden ser destructores de la personalidad, quebrantadoras de la familia y de la sociedad”.
“Hay que repensar el sistema de la comunidad parroquial tradicional, buscar modelos de comunidad que sean más fraternos, más humanos, más en consonancia con las situaciones que vive la gente”.
El documento del Vaticano sobre las sectas señala que el fenómeno sectario, debe entenderse como un “desafío pastoral”. Es que las sectas crecen en los “agujeros” y “grietas” que no llena la Iglesia. Conclusión: en lugar de fijarnos tanto en las sectas, construyamos una Iglesia todavía más fuerte.
Atentamente:
Daniel Esteban Ferrero.
El presente documento sobre “¿Qué es una Secta?” pretende, dar una visión general, y particular de este tema, partiendo del concepto de religión, el autor plantea una clasificación de estos grupos; las técnicas que utilizan para captar gente; por qué han crecido tanto; que debemos hacer los cristianos ante este fenómeno y sobre todo cómo lo debemos hacer para no faltarle a nuestra fe y creencias.